PASADAS
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LANDPARTIE 24 septiembre - 21 noviembre, 2009
  • Landpartie Ig

    Landpartie Ig, 2009

    C-Print sobre aluminio, 98,5 x 150 cm. Ed.6 + PA

  • Landpartie Ie

    Landpartie Ie, 2008

    C-Print sobre aluminio, 90 x120 cm. Ed.3 + PA

  • Landpartie If

    Landpartie If, 2008

    C-Print sobre aluminio, 112 x 150 cm. Ed.6 + PA

  • Landpartie #

    Landpartie #, 2008

    C-Print sobre aluminio, 112 x 150 cm. Ed.3 + PA

  • Landpartie #a

    Landpartie #a, 2008

    C-Print sobre aluminio, 112 x 150 cm. Ed.3 + PA

  • Landpartie

    Landpartie, 2008

    C-Print sobre aluminio, 112 x 150 cm. Ed.3 + PA

  • Landpartie Ic

    Landpartie Ic, 2008

    C-Print sobre aluminio, 90 x 120 cm. Ed.3 + PA

  • Landpartie Id

    Landpartie Id, 2008

    C-Print sobre aluminio, 90 x 120 cm. Ed.3+ PA

  • Landpartie 0

    Landpartie 0, 2009

    C-Print sobre aluminio, 90 x 120 cm. Ed.3 + PA

  • Landpartie II

    Landpartie II, 2009

    C-Print sobre aluminio, 112 x 150 cm. Ed.3 + PA

  • Landpartie If#

    Landpartie If#, 2008

    Vídeo, 1'40'' (loop). Ed.6 + PA

HOJA DE SALA

El trabajo de Cristina Martín Lara se ha desenvuelto siempre en el ámbito de la reflexión sobre ese impreciso lugar que queda entre el mundo real y el de los sueños, que conforman nuestra memoria, siendo, a su vez, alimentados por ella. Lejos de ser un espacio con carácter residual, está ocupado por los sentimientos que generan las emociones, devengados de uno y otro territorio.
El carácter fragmentado de la visualización en nuestra mente de esos recuerdos, a modo de imágenes, fogonazos, aparentemente inconexos, se refleja en la secuencia iconográfica que presenta la artista. A semejanza de ventanas, cada imagen, -ya sea fotografía, ya vídeo, puesto que ella concibe este soporte a cámara quieta, no alterando en lo más mínimo la condición de lo estático o lo dinámico- se abre a un momento emocional que ha sido desencadenado por una circunstancia ambiental, no importando si ésta es producto del estado de vigilia o pertenece a la esfera de lo onírico. De hecho la demarcación entre ambos es a veces de difícil discriminación o discrecional.
Tomando como punto de partida la fotografía que hace referencia al experimento de Paulov sobre los reflejos condicionados, Cristina Martín Lara plantea un montaje a base de unas obras que deben ser consideradas individualmente y como conjunto; son las piezas de un rompecabezas que para ella encajan de este modo, y, sin embargo, queda abierto a otras posibilidades sugeridas a/por el espectador, guiado sólo por un sutil hilo narrativo.
Cada una de las fotografías y vídeos –el soporte es mero vehículo, nunca fin en sí mismo- hace visible un concepto, una vez conseguida la imagen que lo trasmite. A continuación, se convierte en una instalación independiente en la que el papel del espectador fluctúa entre identificarse con el personaje de la obra o situarse en el lugar que ocupó el realizador. La densidad lírica de cada una de ellas no es inferior a su capacidad de interpelación directa a lo más íntimo, valiéndose de estos recursos. Según sus propias palabras, se trata de “prótesis de comunicación”, diríamos que a tres bandas: artista-obra-espectador, buscando la catarsis.
Los personajes se muestran en posicionamientos de difícil superación -encuentran a cada paso barreras infranqueables-, polarizados entre la colectivización alienante y el individualismo radical; es evidente que la balanza se inclina hacia el último. Sería la postura en la que uno sólo puede estar seguro de la existencia de su propia mente y, por tanto, de sí mismo; en consecuencia, la realidad externa sólo es comprensible en función del yo. Este razonamiento entroncaría con la duda metódica cartesiana, llevada al extremo en la Hipótesis del Genio Maligno, supuesto Dios que nos creó imperfectos para que nos engañemos, creyendo estar en la verdad cuando en realidad estamos en el error. Todo es cuestionable, excepto el “cogito ergo sum”, uno de los fundamentos del racionalismo occidental. El paradigma más señero en nuestra cultura es el Segismundo calderoniano: ¿es real nuestra existencia o se trata sólo de un sueño? Pareciendo en ocasiones más reales los sueños que la propia vida; pensamiento que, por increíble que se nos antoje, puede hacer presa en niños de corta edad. Así es la mente humana. El Mito de la caverna de Platón, alegoría sobre la situación del hombre respecto al conocimiento de los mundos sensible e inteligible, está en el origen del razonamiento sobre esta dualidad, que asimismo genera un dilema, presente en casi todas las filosofías orientales desde el budismo al taoísmo pasando por el zen y el hinduismo.
Landpartie es una continuación del proyecto de igual nombre iniciado en 2008, siguiendo las pautas habituales en la artista en cuanto al desarrollo, dilatado en años y diferentes exposiciones. El significado del término literalmente nos remitiría a una escapada al campo para descansar, huyendo de la realidad cotidiana. Por extrapolación, la búsqueda de sensaciones nuevas, saliendo de nuestro entorno físico habitual y también del emotivo-afectivo; de estímulos a nuestra sensibilidad, para dar rienda suelta a las emociones, sería una escapada en pos de un mayor y mejor conocimiento de nuestros límites y posibilidades como seres humanos.

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© 2011 Isabel Hurley