PASADAS
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CHLOROPHYL 19 noviembre, 2009 - 23 enero, 2010
  • Red Chlorophyl

    Red Chlorophyl, 2009

    Esmalte sintético y metacrilato ensamblado sobre loneta, 180 x 162 cm.

  • New Pollution

    New Pollution, 2009

    Esmalte, óleo, acrílico y serigrafía sobre papel, 80 x 60 cm.

  • New Pollution

    New Pollution, 2009

    Esmalte, óleo, acrílico y serigrafía sobre papel, 97 x 80 cm.

  • Surrounding

    Surrounding, 2009

    Escultura, 45 x 31 x 1 cm.

  • Petrol

    Petrol, 2009

    Escultura, 170 x 120 x 10 cm.

  • Chlorophyl

    Chlorophyl, 2009

    Vídeo, 5'

  • Red Chlorophyl

    Red Chlorophyl, 2009

    Esmalte sintético y metacrilato ensamblado sobre loneta, 180 x 162 cm.

  • Red Chlorophyl

    Red Chlorophyl, 2009

    Esmalte sintético y metacrilato ensamblado sobre loneta, 180 x 162 cm.

  • Blue Chlorophyll

    Blue Chlorophyll, 2009

    Spray, graffitti, y esmalte sintético sobre loneta

    130 x 97 cm

  • Blue Chlorophyll

    Blue Chlorophyll, 2009

    Spray, graffitti y esmalte sintético sobre loneta

    180 x 162 cm

  • Tragic Pantone

    Tragic Pantone, 2009

    Spray, graffitti y esmalte sintético sobre loneta

    100 x 81 cm

  • Tragic Pantone

    Tragic Pantone, 2009

    Spray, graffitti y esmalte sintético sobre loneta

    100 x 81 cm

  • Tragic Pantone

    Tragic Pantone, 2009

    Spray, graffitti y esmalte sintético sobre loneta

    100 x 81 cm

  • Chlorophyll. Vista de la exposición

    Chlorophyll. Vista de la exposición, 2009

  • Chlorophyll, Vista de la exposición

    Chlorophyll, Vista de la exposición, 2009

  • Chlorophyll, Vista de la exposición

    Chlorophyll, Vista de la exposición, 2009

  • Chlorophyll, Vista de la exposición

    Chlorophyll, Vista de la exposición, 2009

  • Chlorophyll, Vista de la exposición

    Chlorophyll, Vista de la exposición, 2009

  • Chlorophyll, Vista de la exposición

    Chlorophyll, Vista de la exposición, 2009

HOJA DE SALA

La obra de Santiago Picatoste es un tributo a la plástica, que en su primera exposición en Málaga se manifiesta de forma especial y en toda su amplitud, marcando un punto de inflexión, bisagra entre su anterior etapa, Petrol, y la actual, Chlorophyll. Los títulos son muy significativos y aunque en ambas la naturaleza es protagonista, se trata de perspectivas diferentes, fruto de una evolución personal y un cambio de circunstancias determinante.
Homenaje a la naturaleza que vehicula y expresa en diversos formatos y tonos, respectivamente. En Petrol, la naturaleza superviviente en un medio hostil es representada con aquellos materiales menos afines e, incluso, incompatibles, de entre cuya toxicidad emergen flores y siluetas “fitomorfas”. Es una naturaleza luchadora, reivindicativa, que se reinventa a sí misma y nunca sucumbe a la presión de una civilización explotadora de perfil aniquilador, adaptándose a las contrariedades y dando lugar a un nuevo sistema de vida. En Chlorophyll, la naturaleza eclosiona en libertad, exhuberante, alegre, dinámica, remitiéndonos a todo aquello que es referente de vida: lo lúdico de la infancia, la fertilidad del trópico, el ansia de vivir expresada en una danza cromática que adopta formas sinuosas e insinuantes y colores que evocan euforia. Sin embargo, el medio es el más urbano y universal, en todas las acepciones de la palabra: el graffitti. No en vano, la primera vez que el artista lo practica es en Sâo Paulo, ciudad de honda tradición en la materia, por imperativos de montar un stand cuya obra se ha perdido en el transporte. Picatoste da rienda suelta a su vertiente más pop y preciosista, en lo formal, y descubre la faceta de su carácter más hedonista.
En Petrol las flores pugnan por salir del gueto, luchan por sobrevivir en una sucesión de “no lugares”, donde todo es transitorio y nada sugiere permanencia ni invita a continuar viviendo. Son estos individuos-flores, producto último del caos y del artista, quienes delatan y vertebran un orden en medio de la caótica superposición de capas que representa la urbe, codificada en el paso del tiempo. Recordemos los “tell” en las ciudades egipcias y mesopotámicas y las diferentes niveles de Troya; Picatoste inversamente a Schliemann va del último al primero, añadiendo estratos hasta lograr un cúmulo matérico de calidades táctiles y texturas increíbles, resultado del cuarteamiento y el chorreado de pigmentos por la superficie de las telas y papeles. Caos y orden, antinomia formulada por los griegos de la que no hace mucho deviene la teoría de Lorenz y la consideración del caos como la variante más sutil y profunda del orden, la más libre, sin jerarquías, propia del comportamiento de los sistemas dinámicos; y nada más dinámico, aunque en muchas ocasiones la dinámica sea perversa, que el frenesí de una urbe. Caos y orden son las coordenadas en las que han surgido la mayoría de los juegos matemáticos: Cubo de Rubik, Torre de Hamoi, Sudoku... y otros juegos-juguetes como los rompecabezas y construcciones. Santiago Picatoste fue un gran jugador de Lego y Tente.
La evolución de Petrol a Chlorophyll también se aprecia en la escultura. A la serie Surrounding en la que trabaja planchas de metal sucede una generación de piezas de concepto totalmente diferente que el artista propone como juguetes, con los que dibuja en el aire aquellas siluetas vegetales hipermatéricas extraídas de las telas y a base de esmalte de coche elimina la dureza del acero cortén y consigue un aspecto de liviandad, maleabilidad y dinamismo.
El contraste como búsqueda del equilibrio es una de las claves para descifrar la obra de Picatoste, confrontando materiales, pigmentos y texturas en un ejercicio de alquimia en cuyo matraz han entrado en reacción abstracción y figuración, buscando la una en la otra; expresionismo, pop, action painting y hasta un cierto matiz näif en la “oda” a Matisse que podría ser el graffitti. Homenaje también a Gerhard Richter y la nueva figuración alemana en el vídeo Chlorophyll, que él define como un cuadro en movimiento, poema visual japonés. En realidad, un Haiku digital en el que se reiteran las anteriores premisas.
En Chlorophyll aparecen en primicia nuevos elementos que el artista incorpora en sus telas, a las que con anterioridad gustó de añadir piezas de lona; así las planchas de metacrilato ensambladas al bastidor con tornillos, evidenciando su interés por los procedimientos industriales. Por último, homenaje a los carteles, en particular a los constructivistas y en general toda la cartelería que cubre nuestras calles, indefectiblemente intervenida de una u otra forma por los graffittis, objetos que forman parte de nuestra memoria colectiva que Picatoste traslada a sus telas y papeles, desarrollando en ellos la técnica de plantilla junto a la faceta más violenta y radical de este medio.
En Picatoste la impronta nietzschiana presente en casi todas las vanguardias desde principios del siglo XX es muy acusada. El nihilismo propugnaba la aniquilación del arte como realidad opuesta a la vida. Sin embargo, retrotraer el arte a la vida, fundiéndolo con ella articula su obra en lo formal y en lo argumental. La necesaria destrucción de lo preexistente para dar paso a un modo nuevo, fiel expresión de su tiempo es su dogma. Practica una crítica a la representación sin caer en el fatalismo de los postestructuralistas franceses – Foucault, Barthes, Derridá, Lyotard, Baudrillard...- que la desprestigian por sustituir aquello que representan pero carente de vida, estabilizando el referente. Ellos, como los filósofos y moralistas constituyen el sector reactivo, negativo, del nihilismo principio activo constante en la historia que se revela como la propia historia de nuestro tiempo, consecuencia de la tradición platónico-cristiana sobre la que se asienta la civilización occidental, que ha generado un individuo, un modo de ser del hombre cuyo efecto es disolvente y que, por tanto hay que superar para hacer el recorrido entre “la afirmación del abismo y el poder trascenderlo. En cierto sentido se recupera la dialéctica griega entre la terrible profundidad y la bella superficie o apariencia donde descansa la afirmación de Nietzsche de que el nihilismo sea un fenómeno estético, siendo en este terreno donde debe tener lugar el debate sobre las posibilidades del hombre con respecto al futuro. El arte es la única fuerza superior opuesta a toda voluntad de negación de la vida, ya que, pese a percibir su carácter terrible lo vive y lo desea vivir (L.E. de Santiago, Nihilismo y mundo actual)
Nihilismo activo, positivo, o antinihilismo estético; no es otro el mensaje de esta exposición de Santiago Picatoste, que parece encarnar el prototipo de artista “afirmativo”, poseedor de una praxis “transfiguradora” que trasciende la inercia destructiva por medio del placer creador, único acto productivo del hombre generador de vida y futuro.
I.H.







 

© 2011 Isabel Hurley