26 de septiembre a12 de octubre de 2025
Delia Boyano
Título: Bailar la periferia: de la seguidilla a la bachata
Performance danzística intermedia
Duración: 30´
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BAILAR LA PERIFERIA: DE LA SEGUIDILLA A LA BACHATA
Performance multimedia que la artista pondrá en escena en la galería y de la que en los días siguientes podrá verse su registro videográfico.
Crea una nueva mitología del movimiento para el barrio de Carabanchel, que surge de la revisión de los bailes populares improvisados desde el pasado hasta la actualidad.
La propuesta se estructura a través de un vídeo que introduce cada uno de los tres momentos cronológicos analizados antes:
-1780. La seguidilla bolera del siglo XVIII, majos y majas utilizan la danza y la indumentaria como reivindicación contra el poder.
– 1850. Desde el siglo XIX la seguidilla es sustituida por el Chotis-schottisch, origen del chotis madrileño.
– 2024. La población latinoamericana trae el SBK.
Se incorporan también dos entreactos que profundizan en lugares o momentos representativos del barrio: la Finca de Vista Alegre, que llegó a ser Real Sitio en 1832, y las diferentes oleadas migratorias de los sesenta a la actualidad.
Junto con el vídeo, la narrativa se articula pa través de tres piezas, a medio camino entre lo escultórico y la indumentaria, que son activadas en distintos momentos: una faja de cuero y cerámica inspirada en los cinturones que llevan las mujeres representadas en las estampas de Téllez, un pañuelo blanco como el del atuendo de chulapa y unos guantes de cuero con piezas cerámicas creadas a partir de reflexiones del barrio en la actualidad. A lo largo de la performance se intercalan imágenes de vídeo y texto proyectado, con sonido y acción dancística en vivo.
Bailar la periferia es un proyecto que surge a partir de una investigación de campo en el barrio madrileño de Carabanchel, aunque aborda una inquietud que puede extrapolarse a muchas otras ciudades: ¿qué ocurrirá si los procesos gentrificadores y asfixiantes expulsan a los vecinos de sus barrios? ¿Qué quedará de su identidad cuando eso suceda?
En esta performance se reinterpreta el movimiento y la indumentaria de distintas épocas históricas como forma de reflexión sobre la importancia de los barrios y la amenaza latente de la expulsión. Frente a un fenómeno opresivo, se propone el baile como herramienta para preservar la memoria colectiva y generar comunidad.
OTOÑO DE PERFORMANCE
La programación de la nueva temporada se inicia con cuatro actividades expositivas dentro del ciclo de Otoño de Performance, que en esta ocasión tendrá como hilo conductor la unión de performance y danza.
Por medio de estas cuatro performances se configuran narrativas de resistencia colectiva-testimonial, romántica-distópica y de subjetivación, dentro de un potente escenario discursivo.
MALPAÍS, de Juan Carlos Robles y Guillermo Weickert, se presentará en formato videográfico, de videoinstalación en tres canales a modo de versión de una magna obra performática, cuya puesta en escena integral requiere de unas dimensiones espaciales y de una infraestructura técnica que supera con creces la capacidad de una galería de arte. Posiblemente se trate de una de las creaciones mas ambiciosas en este ámbito de cruce entre performance, danza y otras disciplinas.
City Dance (danzando la ciudad), de Ana Sedeño Valdellós, es clasificada por la artista como videodanza. El marco de desarrollo de esta obra es la propia ciudad, determinadas áreas urbanas con las que pone en relación su cuerpo a través del baile. El montaje de esta obra despliega una dinámica que enfatiza el movimiento danzístico de la creadora, ya que pasa de la imagen a pantalla completa a la división de esta en tres franjas verticales en las que se enfrentan de manera simultánea varios tiempos de la acción. Por otra parte, incorpora conceptos como el de «lugar» y prácticas afines a la deriva situacionista y el conceptual del mapeo..
Bailar la periferia. De la seguidilla a la bachata, de Delia Boyano, es una performance multimedia, que incorpora una pieza de video y varios objetos entre escultóricos y accesorios de indumentaria que la artista usará sobre su cuerpo en diferentes momentos de la pieza. Tendrá carácter presencial el primer día, y la siguiente semana será presentado mediante el registro videográfico hecho durante la puesta en escena en el espacio de la galería.
Danza para el murciélago que quiso ser abanico, de Paloma de la Cruz, es una performance inédita, creada expresamente para la ocasión, y se ofrecerá también en ambas modalidades, la actuación en vivo y la filmación de esa escenificación presencial. Esta obra incorpora una pieza de cerámica y textil, que aporta un peso expresivo y un significante equiparable al del propio cuerpo de la artista, y será «vestirá» por ella durante la ejecución en directo.
En todas ellas se hace patente la superación del debate entre la experimentación directa de la performance y la danza, por un lado, y el visionado en sus registros filmados por el otro, lo que se remonta a las prácticas artísticas que en estos contextos de danza y performance tienen lugar a partir de los años 60, alumbrando un nuevo ámbito «intermedia». La filmación del cuerpo en movimiento da lugar a un relato en relación a ese cuerpo y ese movimiento, y de ambos en la que establecen con el espacio donde transcurre la acción, completamente diferente del que se obtiene en el ámbito presencial. Por otra parte, los dispositivos de registro posibilitan tomas y facilitan distancias casi imposibles de ser percibidas en el directo. En el caso de MALPAÍS, Juan Carlos Robles parece abrir una especie de «mise en abyme», siendo él mismo quien se pone detrás de la cámara filmando al otro performer que, asimismo, lleva otra cámara sujeta a su cuerpo en sentido inverso, en una acción que a su vez es filmada por un tercero.
En el origen de todo ello están ciertos ejercicios creativos experimentales de las vanguardias históricas, que tratan de superar la división entre las diferentes disciplinas artísticas, más allá de las plásticas; caso de la arquitectura, el baile, la música, la literatura y la reciente cinematografía. Y asimismo, eliminando la auto referencialidad de la obra, disipar la separación existente entre arte y vida; arte y sociedad.
A través de estas cuatro obras vemos cómo los artistas se posicionan ante la posibilidad de trasvasar las disciplinas que les son propias, explorando cómo pueden evolucionar en sus desplazamientos hacia otra u otras menos familiares pero que les permiten una expresión, si no más completa, sí diferente, enriquecedora y renovadora.
Probablemente sea este el acontecimiento que mejor define la escena artística contemporánea, cada vez mas vinculada al contexto intermedial.
Fotogramas



















