Proyecto video

Desde la antigüedad el ser humano ha estado en constante tránsito. Algunas personas se desplazan en busca de trabajo u oportunidades económicas, para reunirse con sus familiares o para estudiar. Otros se van para escapar de conflictos, persecuciones, del terrorismo o de violaciones o abusos a gran escala de los derechos humanos. Algunos lo hacen debido a los efectos adversos del cambio climático, desastres naturales u otros factores ambientales.


En la actualidad, el número de personas que vive en un país distinto de su país natal es mayor que nunca. A 1 de julio de 2020, se estima que el número de migrantes internacionales en todo el mundo era de casi 281 millones. Los migrantes internacionales representan aproximadamente el 3,5% de la población mundial, en comparación con el 2,8% en 2000 y el 2,3% en 1980.

 

A efectos estadísticos, las Naciones Unidas definen a un migrante internacional como cualquier persona que ha cambiado su país de residencia. Esto incluye a todos los migrantes, independientemente de su situación legal o de la naturaleza o el motivo de su desplazamiento.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible reconoce la positiva contribución de las personas migrantes al crecimiento inclusivo y al desarrollo sostenible.
Más allá de lo que se dice o piensa sobre el fenómeno migratorio, algunos gobiernos nacionales han aplicado por decenios la política de la emigración internacional como parte de un programa económico más amplio . La emigración ha apoyado el desarrollo del comercio internacional, la diplomacia y la paz, y ha ayudado a forjar lazos culturales y a crear fuentes de ingresos en el extranjero. En otros países, la inmigración internacional ha sido un medio de política importante en el proceso de “construcción de la nación”, en un período de intensificación de la competencia internacional entre los Estados, en que la búsqueda de “talentos mundiales” se ha amplificado.
Las mujeres migrantes constituyen el 48% de los migrantes internacionales, siendo cada vez menor la proporción de mujeres migrantes en relación a la de hombres migrantes. Si la mayoría de los migrantes lo hacen en busca de oportunidades de mejorar su situación económica, esto supone un ensanchamiento de la brecha de género en los países de origen.
Casi tres de cada cuatro migrantes internacionales tenían entre 20 y 64 años, y 41 millones eran menores de 20 años. La mayoría de los migrantes internacionales residen en Asia -en EAU mas del 80% de los habitantes son migrantes internacionales- y Europa -con unos 87 millones de migrantes internacionales- (31% respectivamente), seguidos de América del Norte (21%), África (9%), América Latina y el Caribe (5%) y Oceanía (3%).

(Fragmentos, información y datos de la web de Naciones Unidas y del  Informe sobre Migración  Internacional 2024 de la OIM).

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Este bloque de programación del Proyecto Vídeo está dedicado al fenómeno migratorio, analizado desde tres perspectivas diferentes.  Elo Vega y Rogelio López Cuenca denuncian en Golden Visa cómo se conceden permisos de residencia a cambio de inversiones económicas, mayores o menores según el país beneficiario, mientras que los migrantes sin recursos se ven abocados a arriesgarlo todo en un intento desesperado por alcanzar países con mayor nivel de desarrollo en busca de mejores condiciones de vida. Juan Carlos Robles nos ofrece en Hablando al mundo. Colectivo en Ndar un mosaico de opiniones de un grupo de jóvenes actores senegaleses. Denuncian la situación en sus país y cómo a causa de ello muchos deciden abandonarlo y aventurarse hacia un futuro incierto. Pero algunos también nos miran de frente y nos interpelan acerca de los estereotipos y prejuicios de los europeos en relación a ellos. Por último, Florencia Rojas, en Como una casa recoge el testimonio de una inmigrante latina en España, la cual, lejos de ver realizadas sus esperanzas de un futuro mejor, es objeto de todo tipo de penalidades, agravadas por su condición femenina.

 

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