31 de mayo – 20 de julio de 2019

El mundo se ha reído siempre de sus propias tragedias, como único remedio para soportarlas
Oscar Wilde
Omnia mutantur, nihil interit, verso de La Metamorfosis de Ovidio, es una imagen metafórica de la inmortalidad, pero no referida al disfrute de la juventud o la vida eternas sino a la pervivencia del espíritu, de una u otra manera. Con un enfoque histórico, podría aplicarse a nuestra inevitable predisposición a repetir constantemente los errores y las locuras del pasado; Asimismo, extrapolarse al auge de las ideologías ultra conservadoras en el cuerpo político y en la esfera de lo cotidiano, y a nuestras propias fallas e incapacidad para prevenir el desastre, lo que deviene en una especie de círculo vicioso, condenados a la repetición ad infinitum, como Sísifo.
Thomas Hobbes, en el marco de su pensamiento mecanicista, considera que el hombre es una especie de máquina, enunciando el concepto de cuerpo político, en relación al Estado, como resultado de un pacto de aceptación de un poder político por parte de aquellas máquinas naturales que son los humanos, a los que sitúa en una posición intermedia entre aquél cuerpo y los autómatas. Cualquier existencia está dotada también de movimiento; Siendo éste efecto o causa de otros, es el responsable final de toda realidad. De igual modo, es el poder motriz de los humanos el que posibilita la mutua coordinación y retroalimentación entre lo cognitivo, lo imaginativo y lo conceptivo, a partir de los cuales ese sujeto «mecánico» puede producir y reproducir imágenes y, a través de ellas, construir o reconstruir el mundo.
Aideen Barry se siente atraída por esta noción mecanicista de los cuerpos en su práctica creativa. Además, profundizando en la fascinación sobre qué es normal y qué extraordinario en la vida cotidiana; en cómo convergen ansiedad, humor, horror, banalidad y tedio en la rutina diaria, con sus quehaceres reiterados hasta la saciedad. Mas aún, la pone en relación al absurdo de la repetición interminable y carente de sentido de tareas, inservibles en muchas ocasiones, de actos y de comportamientos. Todos ellos gestos «automáticos», dentro de una rutina estéril, anodina y alienante, consustancial a a contemporaneidad, cuya mejor imagen, paradójicamente, es el mito clásico de Sísifo.
Visto así, nuestra vida diaria reducida a un absurdo total resulta de difícil explicación. Sin embargo, Albert Camus, basándose en la mitología griega, en El Mito de Sísifo afirma que es precisamente el absurdo lo que sustenta la esperanza del mañana, ya que ni la razón ni la ciencia pueden revelar la verdad del Universo. Asumirlo conlleva aceptar la contradicción entre razón y deseo, y el consiguiente entendimiento del mundo y sus verdades, que no lo son necesariamente. En el capítulo tercero de este ensayo filosófico, se refiere al arte y la creación como medios para evadirse del absurdo de la existencia.
La banalidad de la tarea y el absurdo de su repetición, así como teorizar y argumentar sobre la ansiedad y las múltiples formas y circunstancias en que se manifiesta, constituyen las premisas y el eje discursivo de todo el trabajo de Aideen Barry, principalmente materializado a través del dibujo y el vídeo, en muchas ocasiones interactuando ambos, y, en menor medida, de la escultura.
La empatía que propicia su condición femenina, la lleva a elaborar relatos sobre cómo la mujer vive en un presente continuo de rutina y ansiedad en el que se deja llevar en un ir hacia ninguna parte, una vez ha llegado a la negación de su propia condición como sujeto autónomo. Carente de voluntad, conocimiento y libertad; abolida la conciencia, inviable sin imaginación, sensación y memoria, se convierte en una especie de autómata. Es una imagen metafórica de la mujer trabajadora, a su vez receptáculo de reproducción, involucrado en una sobrecarga de trabajos que nunca terminan. El tono aúna lo hilarante con lo patético, vinculada la narración a lo estrictamente personal y doméstico cotidiano, en clave femenina. Con estos elementos se esboza un razonamiento fenomenológico de enigmático humor negro. Para ello realiza continuas investigaciones en los ámbitos performativo y material, recurriendo a situaciones ridículas o, cuando menos, chocantes, que recogen sus vídeos. En sus audiovisuales, en los que ella misma encarna el papel protagonista, son inevitables las referencias al stop motion de Jan Svankmajer y al cine mudo, donde el movimiento es impulsivo, convulsivo y compulsivo. Las escenas parecen fruto de una repetición de momentos; resultado del regreso de un tiempo ya vivido o de la vuelta de ese mismo tiempo a causa de la curvatura producida en esta dimensión, hasta formar círculos, merced a los cuales nuestra existencia resultaría similar a la del protagonista de El Día de la Marmota. Entraría aquí en juego la teoría einsteniana de la curvatura o plegamiento del espacio-tiempo, que explica esos atajos llamados agujeros de gusano, a través de los cuales se conectan posiciones distantes de lo uno y lo otro.
Al enfrentarnos a estos vídeos, también es inevitable la referencia a los films de serie B y horror gótico del Hammer Horror, que nos evocan la influencia del gótico irlandés; sintiéndose Barry deudora de la influencia ejercida por Bram Stoker, autor de Drácula, y por el menos conocido aunque precursor del género y personaje, Joseph Sheridan Le Fanu. Hay una intención de desvelarnos qué es lo gótico contemporáneo y cómo detectarlo en sus localizaciones mas obvias y familiares, donde, no obstante, suceden cosas inexplicables, contextualizado en un discurso eminentemente feminista. Junto a los audiovisuales, vemos varios trabajos de dibujo y animación interactivos que refuerzan la idea de cambio, evolución, revolución y retorno, al margen de la reflexión feminista. En Windmills (The sleep of reason produces windmills) hace un guiño a Los Caprichos de Goya y a Don Quijote.
Esa banalidad a que alude la artista en su obra contrasta con la profundidad de sus referencias filosóficas y científicas –Time Bends, instalación site specific, con evidente referencia a la Teoría de la Relatividad, antes aludida, es el título de la instalación interactiva de dibujo y video mapping, en la que unas líneas sinuosas, evocadoras del cuerpo anillado de los anélidos, en proporciones monumentales, recorren en ángulo buena parte de dos de los mayores paramentos de la galería, llegando a ocupar también esa zona del suelo-. Asimismo, el concepto choca con la complejidad técnica de sus montajes, en los que pueden verse dispositivos de alta tecnología y series limitadas. Bajo este contrapunto, enfatizado por el aparente lenguaje ingenuo, subyace un marcado sentido lúdico y cierta práctica vinculada al ámbito de la patafísica.
Así, elabora un discurso sobre el absurdo, que transmiten las imágenes de sus obras. No en vano, el humor es la mejor arma de rebelión, utilizándolo como estímulo para generar debate sobre los roles de género y cuestionar el mundo heteronormativo, no en vano, se remonta a tiempos remotos el reconocimiento de su gran potencial subversivo, así como para transmitir la memoria de acontecimientos. Philip Roth, Gunther Grass y otros, han coincidido en que el humor y la risa son el mejor vehículo para huir de los traumas heredados.
Este texto comenzaba con uno de los versos de La Metamorfosis de Ovidio, que, traducido al inglés, es el título de la exposición: Omnia mutantur, nihil interit / Everything Changes, Nothing Perishes. Según han interpretado varios de los exégetas de esta obra, es una imagen de la pervivencia del creador en su obra, e, incluso, mas aún, en su mensaje, el espíritu en ella contenido, una vez que ésta pierda su vigencia. En última instancia, se referiría a la fama, concedida por el pueblo y transmitida por el. Espíritu y fama –pars melius-, son poseedores de mayor capacidad de movimiento, y para ser transmitidos, que el cuerpo del artista o su obra, tambien corporal.
Aideen Barry, como todo creador, dispone de una gran capacidad para engendrar imágenes catalizadoras de cambios. Su interpretación de ciertos hechos, comunes, en mayor o menor grado, a todos las sociedades contemporáneas, se apoya en las proposiciones que avalan el eje discursivo de esta propuesta: todo cambia pero todo sigue igual. Como la famosa frase vertida por Lampedusa en El Gatopardo: Si queremos que todo siga igual, es necesario que todo cambie, remite a una situación preconizada por un cuerpo político y una sociedad conservadores. No tenemos que recurrir a la hemeroteca para recordar la frase de un conocido líder que pretendía abanderar reformas revolucionarias en ambos cuerpos: que nada cambie para que todo pueda cambiar realmente….
Vistas de la Exposición






Obras








