25 de noviembre de 2016 – 21 de enero de 2017

Eres el otro yo de que habla el griego / y acechas desde siempre. En la tersura del agua incierta o del cristal que dura / me buscas y es inútil estar ciego
……cosa de magia que osas / multiplicar la cifra de las cosas
que somos y que abarcan nuestra suerte./Cuando esté muerto copiarás otro, y luego a otro, a otro, a otro, a otro
Al espejo, Jorge Luis Borges
Esta primera individual de las artistas nace a modo de reflexión sobre su propio proceso creativo. Como colectivo, la práctica compartida es un punto crucial en su obra y los métodos que usan cada día en el estudio alimentan el contenido conceptual de los proyectos. Así, la reflexión sobre temas universales parte de experiencias personales, dinámica que favorece la empatía del espectador con lo que desean transmitir. Formalmente, la propuesta se materializa por medio de video, fotografía e instalación, soportes que se han convertido en sus herramientas mas habituales.
La instalación Return. Forever parce centralizar la propuesta, ser el eje de un discurso articulado en los tres espacios de la galería por medio de otras tres piezas, una de ellas consistente en una serie de siete -The old world is burning- y que, también al parecer, cierra ese contenido discursivo, a modo de epílogo, aunque a su vez lo deja abierto a nuevas propuestas en lo vital y en lo creativo. Fruto de un viaje a Islandia, la imagen de dos ríos que desembocan en uno solo a través de una cascada se proyecta sobre una tela que pende encima de una cristal negro, cuyo reflejo es la imagen invertida de esa cascada. Este accidente natural hace de metáfora visual del proceso creativo conjunto y de cómo los egos propios de todo humano y, muy en particular de todo artista, devienen en uno nuevo que se convierte en el ser creador. Pero además, ese reflejo en el cristal convierte la escena en un ciclo continuo, en el que el agua, como las ideas navegan entre el individuo y el colectivo en un ciclo que no termina.
El agua hace las veces de espejo, donde se refleja el agua; Sueño, lenguaje, mirada, pensamiento y arte también…. El espejo es imagen invertida, símbolo del espíritu, y se relaciona con el doble; metáfora del desdoblamiento de la personalidad. La autocontemplación tiene dos vertientes: una positiva: aquella que conduce al conocimiento de uno mismo, al encuentro de la verdadera identidad, y la otra, la que implica el poder destructivo de la vanidad de caer ahogado en el agua como Narciso, atrapado por el reflejo de su imagen. El arte puede ser el reflejo especular que muestra la verdad a la par que evidencia la falsedad mostrada en el mundo real. A la postre, laberinto que implica pérdida y búsqueda constante, como la creación implica búsqueda y conocimiento, vida y muerte.
En la primera línea de Tlön, Uqbar, Orbis Tertium, relato sobre una investigación en la que tiene un papel notable Bioy Casares -pudiendo considerarse coautor de la historia que se narra-, Borges escribe: “Debo a la conjunción de un espejo y de una enciclopedia el descubrimiento de Uqbar”. Ambos elementos son una constante, casi obsesiva, en su producción. La oportunidad de citar a Borges no solo se justifica por la presencia de un objeto reflectante como parte de una pieza sino por algo que profundiza mas en el punto clave de la obra de Alba y Eva: la creación conjunta y la necesaria comunicación para que sea posible.
Uqbar, lugar de ficción dentro de la ficción, cuya creación literaria se refiere a otro lugar de ficción, Tlön u Orbis Tertius, mundo aparte del que Uqbar sería una región, es creado por un colectivo que no sólo supone la disolución de la individualidad en favor del grupo sino el anonimato total, ya que ni constará un nombre para su autoría. El artista o, el colectivo artístico, suele ser un creador total, no solo de unas obras concretas sino del universo particular que constituye su mundo interior (Muchas de las imágenes de esta exposición se deben a lugares reales de Islandia, cuyos paisajes parecen pertenecer a otro planeta)
La creacion es el espejo donde el creador se mira, reconoce y conoce cómo es su realidad en tanto que individuo. Sólo tras este primer paso será posible trascenderse y buscar a/en otro/otros las respuestas y las soluciones. El monstruo de Frankenstein, criatura engendrada por los terrores de Mary Shelley ante terribles sucesos pasados y otros futuros intuidos con acierto, es el reflejo espectral y horripilante de la escritora. Para Shakespeare, del que cada vez encuentran mas eco las teorías de que se trata de un colectivo, el arte es el espejo de la vida. Así, el arte puede ser el vehículo para que las artistas hallen la comunicación y el entendimiento en ese espacio que es de ambas y de ninguna: The space in between. Son tres las palabras para titular la exposición y denominar el intersticio espacial donde surge la obra conjunta, tras renuncias y aceptaciones mutuas. Tres palabras para nombrar una sola, como en la lengua del hemisferio boreal de ese planeta Tlön; como sus dos nombres, Moreno y Grau, para nombrar al creador de unas piezas, una vez han dejado de lado su ser individual y se han fundido en uno solo y, sin embargo no idéntico. ”Una cosa es igualdad y otra identidad “, afirmaban los pensadores de Tlön. Este principio lo enunció Heráclito en su “todo fluye” y se hace mito literario en la Paradoja de Teseo. El, concepto de quiralidad también podría ser aplicable: dos realidades iguales pero no superponibles.
Asimismo, en Tlön, todo es una sucesión indefinida de estados mentales en el tiempo, como el proceso creativo, como ese fluir del agua y del pensamiento y de la pulsión creativa, gracias a la comunicación, a ser iguales pero distintas, incluso cada una de ellas distinta en momentos diferentes.
The inner room, instalación escultórica, surge en un intento de las artistas para cuestionar la necesidad intrínseca de comunicarse y las dificultades que ello comporta. Mediante el uso de la fotografía y la instalación indagan en las posibilidades que realmente tienen de entenderse mutuamente, o de ser entendidas. Usando un código primario de comunicación, el código morse,crean la ficción de dos seres que estando en lugares diferentes tratan de comunicarse sin descanso, como una vía para salir de su propio lugar (físico/psicológico). El proyecto consta de dos columnas metálicas que contienen una luz en su interior, simbolizando a esos seres que desde dos puntos diferentes intentan establecer un contacto. Las señales lumínicas que dichas columnas envían cifradas en morse son extractos a modo de conversación, de diferentes escritos sobre comunicación y relaciones humanas.
El dialogo es el siguiente: - there is no energy without opposites – day and night
-birth and death
-joy and pain
-reason and energy
Como podemos deducir sin problemas, se alude a conceptos desiguales y hasta opuestos, pero de posible complementariedad. En Tlön, todo libro contenía su contralibro, sin esta condición ninguno sería considerado como tal.
The old world is burning, es una serie fotográfica conformada por cuatro antiguas fotografías de archivo y otras nuevas tomadas durante su viaje a Islandia. Han fotografiado los negativos de las primeras, manteniendo detalles como las marcas del carrete o la numeración del fotógrafo. Sin embargo, todas ellas han sido modificadas y convertidas en una suerte de objetos, al imprimirse en unas planchas de metacrilato que, a su vez, actúan como marco, de manera que se pasa de la imagen bidimensional a un objeto tridimensional. Conceptualmente al igual que el resto de piezas de la exposición, hablan del proceso creativo de la pareja de artistas y es una reflexión sobre el medio fotográfico, cuestionando sus propios limites y la necesidad actual de reinventarlo. Pero hay otro discurso subyacente, el de la vida, que implica muerte -de la que también es símbolo el espejo, en tanto que vida al otro lado…- y viceversa, en diferentes credos y en el ciclo biológico. Un mundo que se extingue en llamas pero que da paso a otro, de ahí el sentido del título -como de la individualidad se pasa al colectivo ¿muerte y resurrección?-. Al final de su relato, Borges advierte que Tlön va sustituyendo al mundo real a causa de su perfección y orden, a los que sucumben, fascinados, los humanos. En definitiva, Tlön es otro laberinto, como el de Teseo y el del reflejo multiplicado en los espejos ad infinitum. Creadoras y obra como espejos enfrentados, en una eterna e indiscernible confusión, en un nacer, morir y renacer sin solución de continuidad.
IH
Vistas de la Exposición





Obras








